Jordi Vilanova y la modernización de los gustos de la burguesía catalana
View/open
Permalink
http://hdl.handle.net/20.500.12082/857Exportar
Compartir
Estadísticas
View Usage StatisticsMetadata
Show full item recordAuthor
Campi i Valls, Isabel
Río, Isabel del
Abstract
El gusto de los barceloneses en materia de mobiliario y objetos para el hogar cambió mucho durante las cuatro décadas que duró el franquismo, las cuales no fueron en absoluto homogéneas. De todos modos, hay que admitir que el concepto de gusto es escurridizo y difícil de definir. Desde el siglo XVII los estetas y filósofos no se ponen de acuerdo sobre si el gusto es una noción objetiva o subjetiva, o sobre si buen diseño equivale a buen gusto o no. En cualquier caso, el franquismo criminalizó la vanguardia y promocionó un gusto basado en la tradición y la copia de los estilos históricos que una serie de exitosas empresas de mobiliario comercializaron con modernas estrategias de marketing, copando por completo el mercado en los sectores alto, medio y bajo. Durante los años 50 y 60 el régimen fue abandonando sus anacrónicas consignas tradicionalistas, lo que permitió la entrada progresiva de la arquitectura y el diseño modernos, siempre y cuando éstos no cuestionaran las estructuras del poder. Jordi Vilanova y su grupo La Cantonada supieron abrirse camino en un mercado muy adverso, invocando un diseño sincero, racional, económico y de buena factura. A partir de una formación tradicional, la obra de Vilanova evidencia una rápida evolución hacia un diseño moderno, humano, de carácter organicista y estilo mediterráneo, que se basaba en la pequeña serie y en técnicas de producción semi-artesanales. A través de sus escritos, exposiciones y tiendas, Vilanova proponía un equipamiento adecuado a la manera de vivir contemporánea, que fue rápidamente entendido por una burguesía culta y deseosa de quitarse de encima el historicismo promovido por el régimen. Gracias al trabajo de Vilanova y otros diseñadores el gusto de los barceloneses cambió en una generación, determinando el ocaso de la industria de la falsificación. Barcelona's citizens taste in furniture and household items changed a lot during the four decades of the Franco regime, which were not at all homogeneous. Anyway, we must admit that the concept of taste is elusive and difficult to define. Since the 17th century, aesthetes and philosophers have not agreed on whether taste is an objective or subjective notion or whether good design is equal to good taste or not. In any case, the Francoism criminalized the avant-garde and promoted a taste based on tradition and the copy of the historical styles that a series of successful furniture companies marketed with modern strategies, completely taking over the market in the high, medium and low sectors. During the 50s and 60s the regime was abandoning its anachronistic traditionalist procedures. This allowed the progressive entry of modern architecture and design as long as they did not question the structures of power. Jordi Vilanova and his group La Cantonada knew how to make their way in a very adverse market by invoking a sincere, rational, economic and good design. From a traditional training, the work of Vilanova demonstrates a rapid evolution towards a modern, human, organicist design and Mediterranean style that was based on the small series and semi-artisan productiontechniques. Through his writings, exhibitions and shops, Vilanova proposed furnishings adapted to the contemporary way of life that were quickly understood by a cultured bourgeoisie eager to get rid of the historicism promoted by the regime. Thanks to the work of Vilanova and other designers, the taste of Barcelona citizens changed in a generation, leading to the decline of the counterfeiting industry.
Subject
Vilanova i Bosch, Jordi, 1925-1998 -- Crítica i interpretacióInteriorisme -- Catalunya -- S. XX -- Història